Redacción

Los arándanos podrían ser claves para adelgazar y estar en forma. Es que comer esta fruta, según una reciente investigación, ayuda a mejorar el rendimiento deportivo y a quemar grasa corporal. Investigadores estadounidenses descubrieron que comer 25 gramos de estas bayas liofilizadas al día, lo que equivale a comer alrededor de una taza de la fruta en su forma natural, hace que el cuerpo queme más grasa mientras hace ejercicio.

Además de adelgazar, los científicos señalaron que podría ayudar a los músculos a ahorrar glucógeno, la principal fuente de energía del organismo. Esto significa que, en teoría, la fruta podría ayudarte a hacer ejercicio durante más tiempo e incluso a rendir más.

Al hacer ejercicio, el cuerpo descompone los ácidos grasos para obtener energía, un proceso conocido como oxidación de grasas. Pero a medida que el entrenamiento se hace más intenso, la tasa de oxidación de las grasas disminuye y deja de proporcionar suficiente combustible, lo que obliga al organismo a recurrir a sus reservas de glucógeno, que se acumula a partir de los hidratos de carbono.

Sin embargo, a medida que disminuyen los niveles de glucógeno, el cuerpo se cansa más, lo que puede limitar el rendimiento del ejercicio. Los arándanos contienen altos niveles de antioxidantes llamados antocianinas, que les confieren su profundo tono púrpura. Estudios recientes sugieren que este compuesto también puede aumentar la oxidación de las grasas.

Por ello, el equipo de científicos de la Universidad Politécnica Estatal de California y del Departamento de Kinesiología y Gestión Deportiva de la Universidad Gonzago trató de determinar si una dosis concentrada de arándanos podía potenciar este proceso.

Reclutaron a 11 ciclistas varones sanos, a los que interrogaron sobre su estado de salud e hicieron 40 minutos de ciclismo moderado, durante los cuales los científicos tomaron muestras de sangre por punción digital cada 10 minutos. Durante dos semanas, los deportistas consumieron 25 g diarios de polvo liofilizado de arándanos silvestres, que contenía 375 g de antocianinas. A continuación, realizaron el mismo ciclo de 40 minutos, durante el cual se les extrajo sangre.

Las pruebas revelaron que los índices de oxidación de grasas aumentaron un 19,7% a los 20 minutos de ejercicio, un 43,2% a los 30 minutos y un 31,1% a los 40 minutos, lo que significa que los voluntarios quemaron más grasas después de consumir las bayas. También quemaron menos reservas de glucógeno dependientes de los carbohidratos en cada momento, según los resultados publicados en la revista Nutrients.

Según los científicos, los niveles de lactato en sangre, un indicador de fatiga, también se redujeron significativamente. Esto sugiere que su resistencia mejoró considerablemente.

“Este estudio fue el primero en investigar si el consumo de arándanos silvestres provocaría mayores tasas de oxidación de grasas durante un protocolo de ejercicio dirigido a maximizar la oxidación de grasas mediante ejercicios de intensidad moderada en hombres sanos entrenados”, revelaron los investigadores en su informe.

Y añadieron: “Este novedoso estudio documentó que el consumo de arándanos silvestres durante 14 días aumentó la oxidación de grasas, redujo la oxidación de hidratos de carbono y disminuyó los niveles plasmáticos de lactato durante 40 minutos de ciclismo de intensidad moderada”.

La denominación de súper alimento de los arándanos radica en su alto contenido de flavonoides, un compuesto natural antioxidante asociado a tasas más lentas de deterioro cognitivo. Estas sustancias neutralizan la acción de los radicales libres que son nocivos para el organismo, y promueven efectos fisiológicos tanto antiinflamatorios como antibacterianos. El año pasado, científicos de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, descubrieron que agregarlos a la dieta diaria de ciertas poblaciones de mediana edad podría reducir las posibilidades de desarrollar demencia en las últimas décadas de la vida.

Comer solo media taza de arándanos al día a los 50 años podría ayudar a evitar la demencia, según el estudio. Los académicos estadounidenses rastrearon a 13 adultos obesos con deterioro leve de la memoria que comieron las bayas durante tres meses y encontraron una mejora significativa en su memoria en comparación con otros que no comieron frutas.

El equipo sugirió que las bayas pueden tener un efecto protector porque contienen antocianinas, un tipo de flavonoide que puede reducir la inflamación. Pero admitieron que era difícil determinar si los arándanos habían desencadenado la mejora porque el estudio era observacional, lo que significa que no podía decir si el resultado se debía a otros factores, y tenía un tamaño de muestra pequeño.