Redacción

El mundo se está digitalizando de una manera exponencial y se conecta cada vez más desde los dispositivos personales hasta sistemas complejos en las industrias. Hoy en día, el mundo cuenta con más de 17 billones de dispositivos conectados (7 billones sin contar laptops, celulares o tablets). El trabajo a distancia ha hecho que tanto las empresas como las personas, se conecten desde redes remotas y con un alto flujo de información. Esto para completar todo tipo de actividades, desde tareas escolares hasta el control completo del funcionamiento y operación de las fábricas.

Millones de dispositivos y máquinas inteligentes generan e intercambian cantidades masivas de datos, y generan más de 2.5 quintillones de bytes al día. Para que dimensionemos lo anterior, es importante añadir que 90% del total de datos en el mundo se han producido sólo en los últimos dos años, y 80% del total han sido producto de la data generada en el sector industrial. De esos datos, sólo 5% es analizado y aprovechado en el sector industrial para la toma de decisiones. Por ello, es crucial usar esta enorme cantidad de información para tomar decisiones inteligentes y de valor.

La pandemia ha provocado una latente necesidad de comunicación e intercambio rápido de bienes y productos; como consecuencia, los usuarios deben compartir datos personales y laborales a través de redes inalámbricas buscando facilitar la vida diaria. Sin embargo, debido a esta alza en el uso de medios digitales, se ha incrementado la vulnerabilidad de todos, por lo que estar preparados ante posibles ataques cibernéticos es, hoy más que nunca, imprescindible.

La necesidad del Home Office desató que, tan solo entre marzo y abril, la ciberdelincuencia en México creciera 14% (estimaciones del Centro de Respuesta de Incidentes Cibernéticos de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional). A estas alturas, es probable que se hayan superado los pronósticos en materia de ciberseguridad, que Kaspersky preveía a inicios de año para México y la región en 2020.

Según los últimos reportes, entre enero y septiembre de 2020, se registraron más de 37 millones de ciberataques en países de Latinoamérica como México, Brasil, Chile, Perú, Argentina y Colombia. De éstos, los países más atacados, por número de empresas, son México y Brasil. Al respecto, Natalia Oropeza, Chief Cybersecurity Officer de Siemens a nivel global, comenta que “la evidente vulnerabilidad ha ocasionado que los ciberataques hayan incrementado en 85%, principalmente el phishing que contienen malware, el cual puede venir desde un simple email; de allí la urgente necesidad de que las industrias apliquen normas armonizadas a lo largo de las cadenas de producción para que garanticen la calidad, la seguridad y la protección de los productos, procesos y servicios”.

En mayo pasado, Izumi Nakamitsu, jefa de Desarme de la ONU, indicó que ante la pandemia por COVID-19, se ha registrado un incremento de 600% en correos electrónicos maliciosos. Esto significa que hay un ciberataque cada 39 segundos en algún lugar del mundo.

Un mail sobre una factura que no se ha pagado o un cargo no reconocido a la tarjeta son tan sólo un ejemplo de los mensajes que hacen al usuario abrir un correo electrónico, generando pánico, distrayendo la mente y motivando a investigar qué sucedió. Esto hace que se olvide por completo la veracidad del mensaje y de la seguridad digital, de manera que se ha atrapado a una presa más.

Ante ese panorama y en el marco del Día Internacional de la Seguridad de la Información, Siemens, el grupo tecnológico alemán, recomienda a las empresas digitales que actualmente están generando e integrando más datos, desarrollen un concepto holístico en varios niveles que proteja a la producción de forma integral y a profundidad. Un sistema basado en la seguridad de las plantas, la seguridad de las redes y la integridad de los sistemas según las normas y estándares de seguridad en la automatización industrial.

La seguridad en la planta debe estar enfocada en las necesidades de la producción, es decir, en la personalización, en el análisis de riesgos, y la implementación y seguimiento de las medidas adecuadas como la actualización de software o controles de acceso a áreas sensibles. Por otro lado, la seguridad de la red es clave para una comunicación constante que permita proteger adecuadamente los sistemas de fácil acceso dentro de las plantas y/o corporativos, además de la protección de las redes de automatización contra el acceso no autorizado.

Hay mucho más en la ciberseguridad que la simple instalación de un nuevo antivirus. Incluso cuando las soluciones están en su lugar, el trabajo no termina ahí. Se debe tener un conocimiento completo de los clientes y de la industria, para saber qué ataques son específicos de la Tecnología Operativa (OT) y entender la forma en que los sistemas digitales impactan en los productos y servicios que se ofrecen. Para mantener la integridad del sistema, se requiere de la protección integral contra cambios de configuración no autorizados en el nivel de control, así como contra el acceso no autorizado a la red. Esto facilita la detección de cualquier intento de manipulación de archivos sensibles.

Dentro de su oferta de ciberseguridad industrial, “Defense in Depth”, Siemens utiliza Machine Learning monitoreando activamente una red de equipos de manufactura. Esto para aprender cuál es el comportamiento normal de cierta infraestructura y alertar al ser humano cuando se detecta un comportamiento anómalo que pudiera tratarse de un ciberataque.

Es imperativo adoptar medidas de protección adecuadas, especialmente para las instalaciones de infraestructura crítica. Es esencial un enfoque que abarque todos los niveles simultáneamente -desde el operacional hasta el de campo, y desde el control de acceso hasta la protección contra copias- para proteger ampliamente las instalaciones industriales contra los ciberataques internos y externos.

El sistema holístico de ciberseguridad, como el que plantea Siemens, no sólo es una necesidad, sino que también representa un enorme valor añadido: La protección contra los ataques hace que los productos y servicios sean más fiables, asegura la confianza de los clientes y mejora la competitividad. Los gastos en ciberseguridad son, por lo tanto, inversiones con repercusiones económicas positivas, no sólo para grandes empresas, también para las pequeñas y medianas.

La seguridad dentro de las industrias es clave para mantener los datos de su operación frente al incremento en la digitalización que estamos viviendo. Al haber una supervisión remota, existe una mayor vulnerabilidad de los sistemas frente a un posible ataque cibernético, por lo que un plan de ciberseguridad puede prevenir fallas en la producción y vacíos que ponga en riesgo la seguridad de todos los procesos operativos.