“No hay peor ciego que el que no quiere ver”

Hace dos años, aplaudíamos jubilosos el inicio de un nuevo gobierno. Había razones de sobra para ilusionarnos. La victoria del pueblo había sido aplastante. Nadie, con percepciones racionales, habría puesto en duda la legitimidad de este enorme triunfo. Se instauraba un proyecto de nación con cambios tan profundos que sorprendería a “Tirios y Troyanos”. Vislumbrábamos un futuro luminoso, justo y bello para todos, en especial, aquellos que habían sido hundidos en la indiferencia y el abandono con una desigualdad histórica que se antojaba interminable. Nacía el humanismo olvidado, la solidaridad, el México de los semejantes, del equilibrio y las oportunidades.

Pensamos, la historia aciaga de nuestro país estaría terminando, y con ella se irían los “pecados capitales” en los eternos beneficiarios. Pero no, estos criminales, disfrazados de políticos en la oposición y algunos empresarios apátridas se resisten ante los embates del gobierno y la soberanía popular.

Desde el primer día marcaron su línea de actuación, despreciando el papel opositor responsable, decidieron por el desacato, la mentira, las calumnias y el boicot al desarrollo. Apelaron a los mercenarios de la comunicación, quienes fueron “educados” a través de los más indignos estímulos para luchar en   contra de su propio pueblo.

El discurso empleado -que algunos miserables repiten- es consistente con el odio, el fracaso, la desilusión y la amargura. La línea para todos es idéntica: “todo está mal”, “estaríamos mejor con los rateros”, etc., sin embargo, la realidad de México por fortuna es otra, ejemplos:

Muchos paisanos piensan en el “sueño americano” creando imágenes de fantasía y oropel. Pocos lo hacen realidad de esa manera, en especial cuando su actividad está en el campo o en fabricas que nunca se detienen. Son trabajos agotadores y extenuantes. Por eso emplean discrecionalmente sus recursos priorizando el apoyo a sus familias en México. Ellos saben, su dinero estará más seguro en el país y ayudará a fortalecer la capacidad de consumo en sus comunidades. Su contribución ha sido siempre un ingreso invaluable.

El pasado mes de octubre, los envíos a México desde el extranjero marcaron nuevo récord con un 14.1 % más que en el mismo mes de 2019. En términos anuales las cifras acumuladas de enero a octubre de 2020 fue de 33,564 millones de dólares con un aumento de 10.35 % comparado con 2019.

Con respecto al comercio exterior, en el mismo mes de octubre, la balanza comercial del país tuvo un superávit comercial de 6,224 millones de dólares (INEGI) fue el quinto mes consecutivo con un superávit en el intercambio con el exterior. El saldo acumulado entre enero y octubre del comercio exterior mexicano observó un superávit comercial histórico de 25,200 millones de dólares.

Alicia Bárcenas Ibarra, que desde julio de 2008 se desempeña como Secretaria Ejecutiva de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) organismo de la Naciones Unidas, ofrecía recientemente sus reflexiones:

  • “Hay un gran clima de inversión en México”
  • “México será uno de los países menos afectados por la crisis mundial”
  • “México lidera la resilencia en inversión extranjera directa en América Latina”.
  • “El gobierno del presidente López Obrador está respondiendo fuertemente a una dinámica empresarial nacional para impulsar proyectos de inversión”.

La misma OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha rectificado sus pronósticos a la alza para México en 2020 y 2021.

No es producto de la casualidad la fortaleza del peso, el control de la inflación, los bajos precios de las gasolinas, y, sobre todo, la estabilidad económica que se respira en el país.

 

¡Confiar en el gobierno y sus resultados es una gran apuesta al futuro!