Por Alejandro Durán
Presionada por los incrementos que reportan los costos de los energéticos (tanto gasolina como gas LP), la inflación en la primera quincena de marzo alcanzó 0.53 por ciento, lo que representó la mayor inflación para un periodo similar desde el año 1998.
Por lo anterior, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la primera mitad del presente mes, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), alcanzó un valor de 4.12 por ciento a tasa anual, lo que implicó el mayor desde mayo de 2019 y con ello la variable se coloca fuera del objetivo de entre dos y cuatro por ciento del Banco de México (BANXICO).
Para dimensionar el actual comportamiento del indicador, cabe recordar que en el mismo periodo de 2020 las variaciones fueron de 0.11 por ciento quincenal y de 3.71 por ciento anual.
Al respecto, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, explica que el repunte que mostró la inflación durante la primera quincena del presente mes está asociado principalmente a la presión que provocaron incrementos en los precios de los energéticos.
“El precio del gas doméstico LP continúa con su tendencia al alza, incrementándose 4.05 por ciento frente a la quincena previa, mientras que el precio de la gasolina de bajo y alto octanaje aumentó a una tasa quincenal de 0.98 y 3.67 por ciento, respectivamente”, comentó la especialista.
Adicional a los incrementos que reportaron dichos energéticos, destacaron los aumentos que mostraron productos y servicios como tomate verde (17.30 por ciento) transporte aéreo (15.80); limón (11.22); huevo (3.87); y totilla de maíz (1.79 por ciento).
En contraparte, los productos y servicios que mostraron las principales bajas en la primera mitad del presente mes fueron el chayote (-11.77 por ciento); chile poblano (-5.47); cebolla (-2.85); papa (-2.81); y nopales (-2.90 por ciento).
Gabriela Siller advirtió que las presiones inflacionarias se intensificarán en las próximas semanas, tanto por el impacto estacional que provoca el periodo feriado por la Semana Santa (la primera semana de abril), así como el efecto estadístico respecto al inicio del confinamiento de hace un año por la emergencia sanitaria a causa del COVID19.
“Para la segunda quincena de marzo, se espera que se empiecen a reflejar algunas distorsiones ocasionadas por el inicio del confinamiento en el país el año pasado, aunque el mayor impacto se prevé para abril, cuando la inflación interanual podría superar el nivel de cinco ciento; asimismo, en abril también se esperan alzas en precios de las categorías relacionadas con el turismo, por la reactivación de la demanda en Semana Santa”, indicó.