Por: Jhad
“Cuando se hayan dos balas en un campo de guerra algo debe ocurrir”
SRD
Franco y directo, el presidente ha dicho que no siempre ha estado de acuerdo con Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México. El ingeniero por su parte, sostiene que nadie es perfecto como para no tener desencuentros con alguien. Un par de premisas que les distingue, los hace diferentes y en ocasiones los enfrenta ideológicamente, pero solo en ese campo. Nunca se harán pedazos.
Uno es un líder político que ha sostenido tantas batallas que le han curtido la piel y que sabe perfectamente los terrenos que pisa. A nada le teme. Es único en su ámbito. El otro es un distinguido empresario, dueño de una fortuna que le coloca entre los cinco hombres más ricos del mundo. Es un tipo inigualable e indomable.
Aunque sus caminos han sido diferentes, hay un hilo que los une y los lleva hacia un objetivo en común: el amor a México.
Llena de claroscuros, la relación entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y Carlos Slim tiene una larga historia que inició en 2001, cuando el actual mandatario era jefe de Gobierno del Distrito Federal.
El rescate del Centro Histórico capitalino y las mejoras al primer cuadro fueron el sello que distinguió el inicio de esta unión entre el magnate y el tabasqueño.
En 2006, luego de las elecciones presidenciales, la relación se enfrío. Andrés Manuel López Obrador nunca reconoció los resultados electorales que dieron un cuestionado triunfo a Felipe Calderón, situación que no fue del agrado para el empresario.
Sin posibilidades de reconciliación alguna, López Obrador siguió en su lucha política y el ingeniero encontró en los gobiernos panistas y priistas un espacio muy amplio para sus negocios e inversiones.
En 2018, El avasallante triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las urnas, también significo el declive de un régimen caduco, corrupto e insensible.
El obsoleto sistema acostumbrado a realizar magnas y espectaculares obras, fue el primer damnificado. Una en particular, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. La cancelación de la construcción de éste, se convirtió en el eje de una nueva discusión entre AMLO y Carlos Slim.
Este desencuentro fue un verdadero choque de trenes. La relación volvió a ser tensa y la incertidumbre se volvió cotidiana. La tensión se matizaba cada que alguno de los dos personajes realizaba una declaración. Era imposible imaginar un acuerdo entre ambos.
Sin embargo, y a sabiendas de que en la política nada está escrito, la sorpresa se comenzó a gestar este martes 27 de agosto.
Nadie imaginó que Carlos Slim estaría aplaudiendo el discurso del presidente López Obrador en Palacio de Gobierno luego de celebrar el acuerdo con las empresas que construyen los polémicos acueductos.
Un discurso donde era evidente que el gobierno garantizaba la estabilidad económica tan necesaria para los empresarios. Slim entendió el mensaje.
El reencuentro entre estos dos gigantes llegó justo en el momento en que México más lo necesita. De nuevo, como hace 13 años, los dos gigantes unirán sus fuerzas para trabajar en conjunto.
Así lo ha dicho Carlos Slim Helú:
“Estoy convencido que vamos a crecer bien y pronto. Este año no sé si crezcamos o no crezcamos, creo que es intrascendente, lo relevante es que hay un potencial y grandes posibilidades de crecimiento”.
Contundente, claro y preciso, el poderoso empresario dio el banderazo de salida para que las inversiones lleguen cuanto antes. Una señal muy clara para aquellos que no confían en el nuevo gobierno.
De nueva cuenta, AMLO y Carlos Slim, dos hombres, dos ideologías y dos liderazgos que unen esfuerzos comunes de una manera cercana, cordial y necesaria.