Por: Jhad

El 16 de septiembre, el Partido Acción Nacional (PAN), cumplió 80 años de haber sido fundado por el político chihuahuense, Manuel Gómez Morín -uno de los siete sabios de México-, con el propósito fundamental de ser una verdadera oposición al régimen posrevolucionario de la época.

De ideología humanista y afín a la democracia cristiana se convirtió en el principal partido opositor del PRI. Buscar el bien común, era el lema que les definía.

Desde su nacimiento en 1939, fue el principal opositor al poderoso e insaciable Partido Revolucionario Institucional, gracias a la indudable capacidad de sus integrantes, sus principios y su visión de ayudar al país.

La historia que construyó el PAN no se concibe sin registrar algunos nombres que le dieron lustro, poder y un verdadero sentido democrático a México, al convertirse en un eficaz contrapeso al gobierno dominante.

Eran verdaderos opositores al régimen priista y sus aportaciones democráticas son joyas para nuestro país. Basta revisar sus legados personales y políticos. Había congruencia absoluta en sus pensamientos.

Desde su fundador Manuel Gómez Morín hasta pasar por Pablo Emilio Madero, Abel Vicencio Tovar, Luis H. Álvarez, Manuel J. Clouthier y Carlos Castillo Peraza, entre otros, lograron darle coherencia y sentido a una oposición seria y comprometida.

Fue en 1989, cuando el trabajo de todos esos hombres comenzó a tener frutos. En las elecciones para gobernador celebradas en Baja California, Ernesto Ruffo Appel, postulado por Acción Nacional, resultó el ganador para convertirse en el primer mandatario estatal panista de la historia.

El punto culminante de ese ascenso, apareció en el año 2000, cuando el guanajuatense Vicente Fox ganó la candidatura presidencial representando a la Alianza por el cambio. La oposición llegaba al poder, la lucha por el bien común tenía su recompensa.

TOMA posesión Vicente Fox como presidente de México. Entrega el poder Ernesto Zedillo.

Sin embargo, ese triunfo lejos de fortalecer al partido, lo desgastó, lo dividió y lo destrozo. Olvidaron su filosofía. El poder los hizo perder sus principios y su verdadera vocación política. Fox no logró cumplir las expectativas del cambio verdadero. Todo se quedó en una efímera esperanza.

Fox, sin tomar en cuenta el histórico triunfo, simplemente dio continuidad al modelo económico y social impuesto por sus antecesores priistas. Es decir, más de lo mismo.

Por si fuera poco, el guanajuatense derrapó su lastimado prestigio al utilizar la poderosa maquinaria de su gobierno en contra de Andrés Manuel López Obrador, para evitar que llegara a la presidencia en 2006.

ANDRÉS Manuel López Obrador

Ese mismo aparato, apoyado por el poder empresarial y económico del país, impuso de manera poco transparente a Felipe Calderón Hinojosa como presidente para el sexenio 2006-2012.

TOMA de posesión de Felipe Calderón

En el gobierno de Calderón, el PAN se volvió invisible. Pudo más el poder personal del michoacano que el poder del instituto político. Formó alianzas con antiguos adversarios. Tomó decisiones muy cuestionadas por sus correligionarios. Y se olvidó por completo del partido que lo llevó a la presidencia.

Gobernó para unos cuantos. Se peleó con importantes personajes del panismo nacional. Su estrategia contra el narcotráfico, aún causa dolor y muchos de los funcionarios de su gobierno se enriquecieron impunemente. El bien común que distinguía al PAN, jamás apareció en su mandato.

ENRIQUE Peña Nieto toma protesta como Presidente de México

Obligado a conservar impunidad transexenal, apoyó al resurgimiento del PRI y dejó todo listo para que el tricolor con Enrique Peña Nieto volviera a gobernar México.

Servil y sumiso al partido tricolor, el PAN acomodó sus piezas para seguir vigente. Mantuvo el mandato en algunos estados, pero también perdió otros que eran territorio blanquiazul. El desmoronamiento de Acción Nacional se aceleraba.

La gallardía de sus hombres históricos fue borrada por una nueva generación de personajes que poco abonaron a la credibilidad del partido.

Para 2018 y sin visión acertada sobre lo que ocurría en el país, el PAN postuló a Ricardo Anaya como candidato a la presidencia de la República. El resultado fue catastrófico para el octogenario partido. La votación les dejó tambaleantes y derrotados.

RICARDO Anaya

Con la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, la oposición no ha cumplido con la misión histórica de ser un contrapeso real y efectivo. Es necesaria para que la democracia en México se fortalezca. Ningún partido, grupo o facción ha tenido la fuerza para lograrlo.

El presidente ha dicho que la oposición está moralmente derrotada. Y tiene razón.  Ningún partido ha tenido la lucidez de tomar un espacio que está abandonado.

MARKO Cortés

El PAN, por sus raíces, por su naturaleza y por su ideología tiene la oportunidad de convertirse en una alternativa natural al partido dominante, pero sus integrantes no quieren entenderlo.

A 80 años de su fundación y de ser una oposición seria y comprometida, el PAN se volvió un partido sumiso y permisivo.

Si no lo entiende y reacciona a tiempo, muy pronto estaremos viendo como firma su acta de defunción.