Por Francisco Romero
Pese a las millonarias pérdidas que registraron diversos negocios de la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador justificó la pasividad de la autoridad ante los encapuchados que cometieron actos vandálicos durante la marcha de ayer por el quinto aniversario de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinpa.
“Hay quienes gritan como pregoneros que hay que usar la mano dura, porque así es esto; yo lo que considero es de que debe de hacerse valer la legalidad, tiene que respetarse la ley, pero sin usar la fuerza, porque por eso son provocadores”, afirmó.
En su recurrente conferencia de prensa, López Obrador consideró que siempre hay provocadores y que el gobierno de la Ciudad de México tendrá que realizar la investigación correspondiente y actuar, aunque ante la pregunta de por qué no se les detuvo en flagrancia, apuntó que se tiene que actuar con prudencia para no caer en las provocaciones.
“Si se les reprime lograrían su propósito, se les hace, como se dice coloquialmente, ‘el caldo gordo’; entonces, vamos a hablar de otras cosas, mejor y que la autoridad de la ciudad haga las investigaciones, en tanto que el gobierno federal asumirá lo que le corresponda”, dijo.
Finalmente, fiel a su estilo, afirmó que los encapuchados no son anarquistas, sino conservadores y provocadores que perjudican un movimiento legítimo y justo.
“Ayer hubo excesos; dicen algunos, y respeto desde luego ese punto de vista, que son anarquistas. No, el anarquismo es un movimiento muy profundo en ideales, productivo, propositivo; no es anarquismo lo de ayer”, afirmó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.
“Imagínense, ¿cómo van a ser anarquistas los que destruyen una librería? Eso no tiene que ver nada con el movimiento de izquierda, con el movimiento progresista, eso se acerca más a otras cosas, al conservadurismo que tiene varias manifestaciones, expresiones”, afirmó.