Hace 50 años, Johnny Cash, grabó por primera vez un disco en la prisión de Folsom, en California. El disco que salió de todo aquello At Folsom Prison, reforzaría la imagen de Cash como ícono de la música country y voz de los olvidados en las prisiones de Estados Unidos. Después repetiría la experiencia en la cárcel de San Quentin, también en California y en el penal de På Österåker, en Estocolmo (Suecia).
Era 1968, a miles de kilómetros de ahí en el Estado norteño de Sinaloa en México, comenzaba la andadura de una banda destinada a convertirse en uno de los grupos de música regional más importantes de México y Estados Unidos: Los Tigres del Norte.
Cinco décadas después, Los Tigres del Norte rindieron un homenaje especial a Johnny Cash y a su mítico concierto carcelario atravesando las rejas de la prisión y actuando para los reclusos como hizo el cantante de Ring of Fire. Esta vez no fue en la cafetería, sino en el patio de la cárcel donde el grupo norteño cantó La prisión de Folsom en español, la adaptación del mítico Folsom Prison Blues que aparece en el nuevo albúm grabado en vivo.
“Es un honor, su música y su humanidad [de Johnny Cash], es la inspiración detrás de nuestro trabajo. Estamos sinceramente agradecidos con su nuera Ana Cristina y su hijo John Carter por todo su apoyo, es un verdadero privilegio continuar con su tradición y llevar su música y espíritu a nuestros fenáticos”, expresó el grupo en un comunicado.
En 50 años, la población carcelaria de California ha cambiado mucho. Según un estudio del Instituto de Políticas Públicas de aquel Estado (PPIC, por sus siglas en inglés), el número de habitantes en las cárceles se ha triplicado desde 1990 y está marcada por “grandes disparidades racials y étnicas donde el 38% de los hombres encerrados son latinos; el 27% son blancos y el 29% son afroamericanos”.