Redacción

En México, los beneficios de la educación superior son limitados y frustrantes para egresados y empleadores, pues uno de cada dos egresados trabaja en un empleo que no requiere educación superior, reveló el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría.

Por ello, el también ex secretario de Hacienda destacó la necesidad de que las carreras respondan a los requerimientos futuros del mercado laboral.

“Para equipar a los jóvenes con esas habilidades, se recomienda una alineación del sistema de educación superior con el mercado laboral, pues la elección de carrera muchas veces no se vincula a la demanda actual o futura”, resaltó.

En ese contexto, resaltó que las instituciones de educación superior enfrentan retos como evitar la desigualdad y la violencia, ampliar su matrícula sin descuidar el egreso de estudiantes, y que éstos se vinculen mejor con el mercado de trabajo.

Asimismo, resaltó que 82 por ciento de los mexicanos entre 25 y 64 años no cuenta con estudios de educación superior, “tendencia que es necesario revertir, pues el promedio de las naciones miembro de la OCDE es de 63 por ciento”.

Respecto a la equidad, José ángel Gurría expuso que el sistema mexicano debe mejorar, pues si bien entre 2007 y 2017 el porcentaje de jóvenes de 25 a 34 años con educación superior aumentó de 16 a 23 por ciento, esta proporción está muy por debajo de las naciones pertenecientes a la OCDE, que es de 44 por ciento, incluso por debajo de Colombia y Chile, con 30 por ciento.

“También hay una enorme desigualdad en cuanto al origen étnico. En 2015, sólo 6.6 por ciento de los mexicanos de origen indígena de 25 a 64 años de edad había completado la educación superior, en contraste con los de origen no indígena, que fue de 19 por ciento”, dijo el funcionario mexicano en el marco de la presentación de un informe de la OCDE en materia de educación.