A toda la ciudadanía del estado de Querétaro:
Muchos, a través de la historia, recordarán a un gangster italoamericano llamado Al Capone. Más recientemente tendrán presente al ídolo del futbol americano O.J. Simpson o a Felipe Calderón, un expresidente mexicano, a Romero Deschamps y otros tantos sujetos, que tienen en común haber cometido diversos delitos, de manera FLAGRANTE y con abrumadora evidencia, sin que a la fecha hayan sido sancionados con la aplicación de las leyes correspondientes.
Sabemos que es una constante que se presenta en todos los ámbitos del derecho en el mundo, incluyendo el derecho ELECTORAL.
Querétaro es un estado que sólo conoció un bipartidismo corrupto, cuyo desarrollo estuvo íntimamente relacionado con las componendas y acuerdos infames creados entre los propios partidos locales.
Esta entidad se coloca como uno de los últimos bastiones panistas en la República Mexicana y sus poderes acumulados (político y económico), sólo han sido enfrentados y cuestionados por los diputados integrantes del grupo legislativo de Morena y su representación ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Querétaro.
En los últimos dos años, hemos visto un vergonzoso desfile de funcionarios y legisladores panistas quebrantando las leyes electorales para beneficiar sus propias candidaturas futuras, sin importar el respeto y la observancia que merecen y exigen las reglas acordadas y una ciudadanía cansada de sus habituales atropellos.
Nuestras innumerables denuncias a través de procedimientos especiales y ordinarios sancionadores por conductas que contravienen las normas sobre propaganda política o electoral así como actos anticipados de campaña, han sido rechazadas a través de resoluciones que siempre han favorecido a los infractores de Acción Nacional estimulado el delito con la tónica del “crimen sin castigo”.
Hay cosas que no se pueden hacer sin perder la dignidad. Virtud que deberían considerar las diputadas panistas Sonia Rocha Acosta y Daniela Salgado Márquez, quienes aprovechando la contingencia que vivimos distribuían despensas de la Secretaría de Desarrollo Social en Querétaro (SEDESOQ) para buscar su promoción personal, incurriendo en clara violación a nuestras leyes, y al respeto irrestricto que deberían tener por un pueblo expectante que si las habrá de castigar.
Como siempre, la representación de Morena una vez que se reinstale la oficina de oficialía de partes del IEEQ (cerrada por la contingencia) habremos de introducir nuestros procedimientos ordinarios sancionadores para –cuando menos- dejar constancia de esos hechos delictivos.
¡El panismo queretano nunca logró entender el piso parejo!