Por Cecilia Martínez
La capa de ozono es un manto natural de este gas situado en la estratósfera de nuestro planeta que actúa como escudo protegiéndonos de la nueva radiación ultravioleta del sol.
El agujero de la capa de ozono en la Antártida ha sido el mayor y se ha intensificado durante décadas, debido a las emisiones de gases CFC, que destruyen el ozono, un gas protector de la vida en la tierra frente a los rayos ultravioleta.
Por ello, en el protocolo de Montreal 1989, se ha prohibido utilizar estos compuestos en la industria, por lo que se ha visto reflejado en la disminución de este fenómeno actualmente.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), informó que el agujero en la capa de ozono que estaba sobre el Ártico, (que había alcanzado un tamaño record en el mes de marzo), se cerró completamente para fines de abril.
La organización advirtió que las condiciones meteorológicas y las temperaturas pueden variar cada año provocando la gravedad y deterioro del ozono, haciendo que se generen reducciones del ozono en el Ártico.
El aumento de las temperaturas en la estratosfera, durante el mes de abril ocasionó que el vórtice polar se encogiera y rompiera en dos vórtices más pequeños y separados, permitiendo así la combinación con el aire rico en ozono de la atmosfera inferior. El calentamiento que se generó en abril en la estratósfera detuvo las condiciones que favorecen las reacciones de agotamiento del ozono, las nuevas estratosferas polares y terminó con el evento de agotamiento.
“El agujero de ozono que hemos observado sobre el Ártico, este año tiene una extensión máxima de menos de un millón de kilómetros cuadrados. Es pequeño si pensamos que el agujero de la Antártida puede alcanzar entre 20 y 25 millones de kilómetros cuadrados durante tres a cuatro meses” explico, Diego Loyola, del Centro Aeroespacial Alemán.
Este fenómeno de la capa de ozono se ha ido recuperando en un ritmo de 1-3 por ciento cada década desde el año 2000, por lo que si sigue de ese ritmo de recuperación, puede lograrse entre los años 2030 y 2050 en el hemisferio sur y en las regiones polares hacia el año 2060.
No cabe duda que los tiempos han cambiado y el agujero que llegó a tener una extensión tres veces superior a Groenlandia se haya cerrado. Sin embargo, los expertos del programa Copérnico prevén que el vórtice polar hoy fragmentado, volverá a fortalecerse en las próximas semanas, aunque ya no llegará a provocar un agujero de ozono tan grande como el observado a finales de marzo.