Red de corresponsales

Gracias a una mejora de la situación sanitaria y el avance de la campaña de vacunación, varios países del mundo empezaron a relajar sus medidas contra el COVID-19. Y el fin del uso obligatorio de las mascarillas, unos de los símbolos más polémicos de la pandemia, se convirtió en la señal de la vuelta a la normalidad en muchas naciones. A medida que el porcentaje de vacunados aumenta -y aunque la creciente difusión de la variante Delta no permite bajar del todo la guardia-, las cuarentenas y los toques de queda también comienzan a ser un recuerdo del pasado.

Aquí, un repaso de la situación en los países que ya levantaron las restricciones en las últimas semanas.

Francia

Francia dio pasos agigantados hacia la normalidad la semana pasada. El país era uno de los últimos europeos -con Italia y Grecia- en mantener el toque de queda. Pero en los últimos días se respetaba poco y las celebraciones por la victoria ante Alemania en la Eurocopa de fútbol terminaron forzando la decisión política de levantarlo.

Así, después de ocho meses de un toque de queda que en las épocas más cruentas de la epidemia llegó a entrar en vigor desde las 18, finalmente se levantó. El fin de esta medida estaba previsto para el 30 de junio pero se adelantó por la buena situación epidemiológica, indicó el primer ministro Jean Castex.

La decisión llegó luego de que se hiciera efectiva otra muy esperada: desde el jueves pasado ya no es obligatorio el uso de mascarilla al aire libre, salvo en circunstancias concretas como encuentros entre mucha gente, lugares muy concurridos como comercios, oficinas, transportes o estadios. Según explicó Castex, la situación sanitaria “mejoró más rápido de lo previsto”.

Otro símbolo de la vuelta a la normalidad en Francia fue la reapertura el 17 de junio del centro de atracciones de Disneyland París después de ocho meses, aunque con aforo reducido y medidas sanitarias “reforzadas”, incluyendo el uso obligatorio de mascarilla a partir de los 6 años.

España

En España el uso de la mascarilla también dejará de ser obligatorio al aire libre a partir del sábado 26 de junio. “Nuestras calles y nuestros rostros recuperarán en los próximos días su aspecto normal”, dijo el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.

Obligatoria desde mayo de 2020 en las calles, bajo pena de multa, el uso de la mascarilla se impuso en España muy poco después de la primera ola de la pandemia, que golpeó con fuerza al país, uno los más afectados por el COVID-19 en Europa.

En abril pasado, las autoridades debieron rectificar y aclarar que la ley no obligaba el uso de la mascarilla para tomar el sol en la playa o zambullirse en el mar, por el rechazo generado ante esa posibilidad sobre todo en regiones costeras, muy dependientes del turismo.

Y desde este lunes, varias regiones dan un paso más para aliviar las limitaciones de aforo y horarios de apertura de los locales de ocio nocturno, unos los más castigados económicamente por la pandemia.

Según las cifras oficiales, 47% de los 47 millones de españoles han recibido al menos una dosis y casi 29% ya han sido totalmente inmunizados.

Holanda, Noruega y Grecia

Holanda y Noruega anunciaron medidas similares. El primer ministro holandés, Mark Rutte, informó que a partir del 26 la mascarilla no será necesaria siempre y cuando sea posible respetar la distancia social. En cambio, se mantiene en vigor en transportes públicos, escuelas y liceos.

Noruega por su parte facilitó los viajes, el deporte y las reuniones sociales. Los noruegos podrán recibir en casa hasta 20 personas.

Grecia anunció en cambio el fin de la necesidad de cuarentena para el ingreso en el país ante la mejoría de las cifras de la pandemia del coronavirus. Los viajeros deberán presentar certificado de vacunación, prueba negativa o certificado de haber pasado la enfermedad.

Estados Unidos

En Estados Unidos, California y Nueva York levantaron la mayoría de las restricciones por la pandemia de coronavirus tras llegar al 70% de población adulta vacunada con una dosis.

California, el estado más poblado del país y el primero en imponer un confinamiento colectivo debido al coronavirus, retiró el martes pasado la mayoría de sus restricciones, lo que significa que ya no hay más reglas de distanciamiento social ni límites a la capacidad en los restaurantes, bares, supermercados, gimnasios, estadios y otros establecimientos.

“Finalmente estamos aquí, el 15 de junio, para dar vuelta a la página”, anunció el gobernador Gavin Newsom en un escenario en el parque de atracciones Universal Studios Hollywood durante las celebraciones para conmemorar lo que describió como la “reapertura total” de la economía del estado.

Y las mascarillas ya no son necesarias para los vacunados en la mayoría de los lugares, aunque negocios y condados aún pueden mantener sus requerimientos.

El gobernador mencionó las más de 40 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 que se han administrado en la entidad y la consiguiente disminución de casos como las razones para reanudar las actividades económicas.

A tiempo para el inicio del verano, California transmite el mensaje de que la vida se acerca a la normalidad. La economía reabrió completamente por primera vez en 15 meses y la gente básicamente puede retomar el estilo de vida que llevaba antes de la llegada de la pandemia.

Los aficionados pueden gritar libremente, y sin una mascarilla de por medio, en los estadios de béisbol. Disneyland permite el ingreso de todos los turistas, luego de que únicamente recibió a residentes de California desde abril.

Y la gente ya puede abarrotar bares y clubes nocturnos desde Los Ángeles hasta San Francisco.

Por su parte, Nueva York también levantó este último martes las restricciones implementadas contra la pandemia, luego de alcanzar el umbral de 70% de adultos vacunados con al menos una dosis.

“La vida consiste en prosperar. La vida es ver a la gente. La vida es amar la vida, es celebrar. La vida se trata de disfrutar la vida se trata de interactuar. Y ahora volvemos a vivir en la vida”, declaró el gobernador Andrew Cuomo al hacer el anuncio.

En la ciudad de Nueva York, con más de 8 millones de habitantes y que sufrió uno de los embates más duros del virus, el número de contagios se ha desplomado a apenas 500 casos al día y casi la mitad de la población ya completó el régimen de vacunas, ya sea de una o dos dosis.