*Fumadores; con mayor probabilidad de desarrollar Covid-19 grave

La industria tabacalera internacional utilizó la pandemia del Covid-19 para impulsar el consumo de los cigarrillos; a través de donaciones a los gobiernos que carecían de recursos y del cabildeo con los gobiernos para evitar legislaciones respecto al control del tabaco, de acuerdo al índice Global de Interferencia de la Industria del Tabaco 2021.

Precisó que las empresas cigarreras influyeron y se
inmiscuyeron de manera desfavorable en las políticas de salud gubernamentales;
algunas administraciones se hicieron “de la vista gorda” al considerar el
consumo de cigarrillos como parte vital de sus esfuerzos de recuperación
económica, de acuerdo al índice Global de Interferencia de la Industria del
Tabaco 2021 que incluye a 80 países.

La industria tabacalera internacional utilizó la pandemia
del Covid-19 para impulsar el consumo de los cigarrillos; a través de
donaciones a los gobiernos que carecían de recursos y del cabildeo con los
gobiernos para evitar legislaciones respecto al control del tabaco, de acuerdo
al índice Global de Interferencia de la Industria del Tabaco 2021.

Durante la pandemia, muchos gobiernos carecían de recursos
de salud pública. Algunos como Botsuana, España, Chile e India intensificaron
sus esfuerzos para proteger la política de salud, pero otros aceptaron las
donaciones o el cabildeo de la industria tabacalera.

Los aumentos de los impuestos al tabaco, por ejemplo, se
retrasaron, y la industria pudo abrir nuevos mercados para los productos
electrónicos. Entre los países del informe del Índice 2021, se expone que 18
gobiernos mejoraron la forma en que se protegen de la influencia de la
industria, mientras que 31 deterioraron sus esfuerzos.

“El comportamiento de la industria tabacalera durante el
COVID-19 no fue la práctica comercial habitual; esta investigación sugiere que
ha sido mucho peor en términos de escala e impacto”, expuso Mary Assunta, PhD,
directora de Investigación y Defensa Global del Global Center for Good
Governance in Tobacco Control, socio de STOP y autor principal del Índice.

Con base en el informe y aunque el tabaco es un producto adictivo y nocivo, al menos diez gobiernos consideraron que la industria tabacalera y los cigarrillos eran “esenciales” durante la pandemia, o una parte vital de sus esfuerzos de recuperación económica, incluidos Bangladesh, Brasil, Jordania, Malasia, Nueva Zelanda, Perú y Sudán.

Clasificación general de la interferencia de la industria por país

Los países que no han firmado el Convenio Marco de la
Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT), enfrentan
altos niveles de intromisión de la industria como es el caso de Argentina,
República Dominicana, Indonesia, Suiza y Estados Unidos.

Asimismo, la actividad de la industria estuvo relacionada
con retrasos en la implementación de las leyes de control del tabaco en países
como Bolivia, Etiopía, Georgia, Guatemala, Sudáfrica, Tanzania, Turquía y
Zambia.

De hecho, Sudáfrica enfrentó acciones legales por intentar
limitar las ventas de tabaco durante la pandemia. A su vez, la industria
presionó con éxito a los gobiernos para vender nuevos productos en países como
Egipto, Kenia, Líbano y España.

Mientras que al menos 11 países que recibieron donaciones
se comprometieron a gravar los productos de la industria, incluidos Argentina,
República Checa, Indonesia, Malasia, Myanmar, Pakistán, Paraguay, Polonia,
Tanzania, Turquía y Zambia.

En tanto que al menos seis países que prohíben o restringen
las actividades de responsabilidad social empresarial (rse) relacionadas con el
tabaco, igualmente aceptaron donaciones de la industria durante la pandemia,
incluidos Kenia, Myanmar y Filipinas.

El uso que hace la industria tabacalera de las donaciones
de responsabilidad social destinadas a responder a la pandemia contrasta
directamente con la importancia de dejar de consumir tabaco.

Desde el comienzo de la pandemia, estudios independientes
han encontrado que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar Covid-19
grave, en comparación con los no fumadores.

 El consumo de tabaco
es un factor de riesgo conocido para una variedad de afecciones crónicas que
también colocan a las personas en mayor riesgo de Covid-19.