Redacción

El diputado del PAN Éctor Jaime, consideró como urgente para las autoridades el regularizar el uso de cigarrillos electrónicos que son ilegales y de dudosa procedencia, que a su vez que pone en riego a quienes lo consumen, pero sobre todo a menores de edad que están entrando en este ambiente.

Explicó que la prohibición de los cigarros electrónicos o vapeadores, decretada por el gobierno federal sin evidencia científica que lo justifique, permite la existencia de un mercado negro, que fomenta se consuman productos de dudosa calidad y tiene un impacto delicado en la salud de los usuarios, sobre todo, los más jóvenes.

Señaló que en México lamentablemente existen 15 millones de fumadores y 1.5 millones de usuarios de cigarros electrónicos, y pensar que dejarán de fumar por decretos del Ejecutivo es ingenuo y solamente fortalece las redes que los trafican en la clandestinidad.

Recordó que el 5 de noviembre Cofepris y Conadic emitieron una “alerta sanitaria para vapeadores y productos emergentes de tabaco”, sin embargo, dicha alerta carece de un estudio científico verificable que avale una prohibición.

Por el contrario, la prohibición nunca ha evitado que la demanda de este tipo de productos exista en el país, y más bien en los últimos años, el mercado ilegal ha incrementado.

Desafortunadamente, en muchos de los casos a través de medios sin adecuada supervisión sanitaria, atractivos para que los jóvenes inicien en el consumo, que difícilmente existirían si el mercado estuviera regulado de forma responsable y estricta.

De manera enunciativa y más no limitativa algunos de los aspectos que pueden observarse después de aplicar la prohibición a los cigarros electrónicos son los siguientes:

Consumo creciente en niños y menores de edad por el fácil acceso de los productos por medios ilegales; ventas a través de máquinas expendedoras; ventas en el comercio ambulante; al no existir regulación en este tipo de productos, su producción ocupa colores, sabores y olores que llaman poderosamente la atención de los niños y jóvenes, provocando que quieran comenzar a consumir los productos.

Uso de influencers por parte de las marcas, que invitan a los jóvenes al consumo de los productos para obtener o ser parte de un estilo de vida; productos sin control sanitario y calidad cuestionable.

Por lo que la prohibición ha dejado en total desamparo a los consumidores, incurriendo en la omisión de ofrecer información y respaldo científico al respecto de los productos que se comercializan.