Redacción

Previo a la crisis sanitaria por el COVID19, durante 2019, la participación del comercio electrónico de bienes y servicios en el Producto Interno Bruto fue de seis por ciento, lo que significó un avance respecto a lo reportado un año antes, cuando el indicador se colocó en cinco por ciento.

De esta manera, el comercio electrónico en México ha ido en claro crecimiento, pues tan sólo en 2013 su aportación al PIB nacional alcanzó tres por ciento, y lo cierto es que en 2020 el indicador habría crecido de manera importante ante el cierre de negocios por la crisis sanitaria y la alternativa que representaron las compras por internet tanto de bienes como de servicios.

Por medio de un reporte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), informó que el valor agregado generado por el comercio electrónico en 2019 fue de un billón 462 mil 583 millones de pesos, de los cuale,s el 38.6 por ciento corresponde al comercio al por menor de bienes, 21.6 al comercio al por mayor de bienes y 39.8 por ciento al resto de los servicios.

“Este es un acercamiento a la medición de la economía digital, en específico al comercio electrónico, dada la importancia que este fenómeno tiene como objeto de estudio tanto para la comunidad estadística como para los responsables del desarrollo de un marco estadístico en la materia. De esta manera, el INEGI hace frente a los cambios en las mediciones económicas, haciendo visible la medición del comercio electrónico”, expuso el instituto.

La economía digital se centra en la contribución a la economía que genera el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC), a través de su propia evolución o con el surgimiento de negocios digitales (servicios gratuitos de correo electrónico y redes sociales) y el fenómeno cada vez más creciente del comercio digital (compra – venta en línea, que permite bajar precios y ampliar catálogos de productos).

Algunos ejemplos de la economía digital son:

  • Los servicios financieros (monedas virtuales, financiación colectiva, medios de pago con un gran abanico de opciones)
  • Las nuevas formas de contratación de servicios que cambian el papel de los proveedores tradicionales por proveedores basados en la web.
  • Productos entregados de manera gratuita a los consumidores que se pagan mediante los ingresos de la publicidad.
  • Productos gratuitos que se pagan con la información de los consumidores de productos digitales que es recolectada en bases de datos y vendida a terceros que pagan por ellos.
  • Bienes públicos digitales gratuitos y financiados solamente por donaciones.

“La medición de estas transacciones que se realizan de forma virtual y en plataformas digitales representa un reto para el Instituto, ya que se deben incorporar preguntas en los proyectos de generación de estadística básica que permitan identificar los montos que se generan”, apuntó el INEGI.