Redacción 

Max Hidalgo Quinto es un biólogo e inventor peruano de 30 años que creó Yawa, la tecnología que convierte el viento en agua y es prometedora para los países que sufren de escasez hídrica, como Perú. Su intención es ayudar a las comunidades más vulnerables del mundo.

Su último premio fue concedido por la ONU, como uno de los Campeones de la Tierra 2020 por la región de América Latina y el Caribe por su tecnología ecológica “Yawa”, una combinación de las palabras quechuas yaku (agua) y wayra (viento) que utiliza turbinas eólicas para condensar el vapor del aire y convertir la humedad atmosférica en agua.

Hidalgo Quinto llegó a Lima cuando tenía 13 años para continuar sus estudios secundarios y universitarios. Obtuvo su título de Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), entidad por medio de la cual fue premiado en 2018 por el canal History Channel por su idea de llevar agua a los productores rurales más vulnerables a través de su invento.

“Cuando hicimos los ensayos, nos dimos con la sorpresa de que el agua estaba tres veces más contaminada que el límite permitido para el consumo humano. Esto fue alarmante, y de ahí partió la idea de poder llevar agua a las comunidades”, explicó Max a medios peruanos.

Hoy, Yawa ya tiene dos presentaciones, una concluida y la otra en proceso:

– “Yawa-Forest”, destinada a apoyar a los productores agrícolas, que ya se está comercializando.

– “Yawa-Community”, destinada a producir agua para el consumo humano, pero aún se encuentra en desarrollo.

La primera ya cuenta con ejemplares para su distribución, pero “Yawa-Community” aún no está aprobada porque necesita otra tecnología que pruebe la calidad de agua para verificar si está apta para consumo humano. Requiere integrar un filtro, un sensor y un software que permitan monitorear el agua, considerando el ambiente donde se encuentre la máquina.

“Lo importante es que, mediante un sensor, podamos monitorear la calidad del agua y constantemente recibir esa información para tenerlo en nuestra base de datos y lanzar una alerta a la comunidad, para que pueda cambiar el filtro y pueda seguir disfrutando de una adecuada calidad del agua”, detalló Hidalgo Quinto.

Ambas presentaciones de la empresa Yawa pueden ser adquiridas en tres versiones, para captar 50, 150 o 300 litros de agua por día. El proyecto está integrado por un equipo multidisciplinario y fomenta la sustentabilidad y la economía circular: los materiales utilizados para construir la turbina son reciclables y la cantidad de plástico en el dispositivo es mínima. Además, el sistema es fácil de usar e incluso está siendo modificado para adaptarlo a la calidad del aire local, una respuesta al desafío de la contaminación atmosférica.

El ganador del premio de las Naciones Unidas aclaró que, tras visitar comunidades que por su geografía no tienen viento, decidieron crear “un sistema híbrido que pudiese fusionar la energía eólica con la solar, o la eólica complementada con la red eléctrica” y así, todas las regiones del planeta podrían usarlo, ya que en todas hay humedad atmosférica, explicó.

“Además, mediante el aspa de giro, aprovechamos también la niebla que pueda haber en ciertos lugares para también captar el agua”, agregó.

El premio de la ONU ayudará al inventor con financiación para el crecimiento del proyecto y la mejora de la tecnología. Además, podrá conectar con otras comunidades y organizaciones a nivel internacional.

Las energías renovables son el camino para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, y son necesarias para una transición energética justa, social y económicamente viable. Imprescindibles para cumplir con el Acuerdo de París, cada vez más países se están comprometiendo a avanzar con estos proyectos.

“Resolver grandes problemas no siempre requiere gran tecnología. Requiere ideas creativas y grandes compromisos. Nunca dejes de creer en tus propias ideas, porque puedes cambiar la historia”, concluyó Hidalgo Quinto en una entrevista con la ONU.