Redacción

Resultado de un espiral inflacionario, los hogares en México padecen hoy en día un proceso de “empobrecimiento alimentario”, pues productos como la cebolla reportan aumentos de hasta 75 por ciento, aunado al encarecimiento que reportan energéticos, como el gas licuado de petróleo (LP), alertó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).

Por medio de un reporte, la organización alertó que, derivado de un sondeo que realizó del 15 de junio al 15 de julio, identificó la variación de precios en productos de la canasta básica, como el caso de la cebolla (75 por ciento); tortilla (33 por ciento); galletas marías (25); limpiador de pisos (21.7); jitomate (20 por ciento); naranja (19.5); arroz (18.5); frijol (16.6); aceite para cocinar (8.82 por ciento), entre otros.

Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, informó que a lo largo de este 2021, México ha importado 23 millones de toneladas de maíz, frijol, trigo, sorgo, avena y arroz entre otros.

“Nuestra alimentación sigue dependiendo del extranjero, tan solo en el primer semestre de este año hemos pagado 7500 millones de dólares por concepto de importación de granos. Los granos que más importamos son el maíz amarillo y el frijol, esta dependencia exhibe nuestra fragilidad”, comentó

“La importación de gasolinas y gas natural -apuntó el empresario-, complementan el elenco de los factores que nos debilitan económicamente, productos de carácter estratégico para garantizar el bienestar nacional; mucho de esto, más la sequía que flagela al campo, explica la escalada inflacionaria que vivimos”.

En este sentido, dijo que los alimentos se encarecen constantemente y ponen en un mayor riesgo la alimentación y nutrición de la sociedad.

“Lo que hemos venido informando se confirma: hay un proceso de empobrecimiento alimentario en los hogares de nuestro país.  Esto es la quintaesencia de nuestra fragilidad nacional: Hambre y Desnutrición”, explicó Rivera.

Por lo anterior, el empresario consideró que los tres órdenes de gobierno deben formular políticas públicas orientadas a promover la producción de alimentos para garantizar la soberanía nacional y reducir los vaivenes de los precios internacionales de materias primas.

“Urge revisar las políticas públicas que se aplican en el campo por otras que, sin dejar de apoyar a los pequeños agricultores ofrezcan garantía a la vez, condiciones de inversión justas a la agricultura comercial. Tenemos que encontrar la cuadratura al círculo que nos permita levantar nuestra producción agrícola y reducir nuestras importaciones”, declaró Rivera.