*Causan 75% de homicidios y feminicidios
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon afirmó que se deben construir estrategias eficientes para detener el tráfico ilegal de armas en América Latina, ya que 75 por ciento de los homicidios y feminicidios de la región ocurren con armas ligeras adquiridas de manera ilícita.
“En América Latina entre el 75 y 80 por ciento se llevan a cabo con armas del tráfico ilícito, y las empresas que las distribuyen están coludidas. Es un problema que ocurre en todo el mundo; a mayor disponibilidad de armas, menores posibilidades de reducir la violencia en el mundo”.
Así lo afirmó el canciller mexicano durante su participación en el consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por lo que hizo un llamado a que las empresas trabajen en conjunto con los gobiernos para frenar este problema y regular la comercialización de las armas.
“México hace un contundente llamado para que se establezcan y mejoren los mecanismos para monitorear y prevenir las transferencias internacionales ilícitas de armas, el desvío del comercio y el tráfico transfronterizo”.
Al mismo tiempo, exhortó a los gobiernos a que “juntos animemos a nuestros respectivos sectores privados a establecer medidas de autorregulación conforme a sus legislaciones domésticas, para prevenir que sus prácticas comerciales propicien activamente el tráfico ilícito de sus productos”, declaró.
También dijo que es imperativo reconocer las repercusiones de género derivadas del tráfico y el desvío de estas armas, como facilitadores de violencia, incluyendo la sexual que afectan la integridad y la vida de las mujeres y los niños.
Al fungir como moderador del debate “El impacto del desvío y tráfico de armas para la paz y la seguridad” en el consejo de seguridad de la ONU, aseguró que el tráfico ilícito de armas es un problema que debe atenderse con acciones concretas, ya que la violencia derivada de éste, afecta principalmente a integrantes vulnerables de la población mundial.
“El tráfico de armas es un fenómeno global que afecta gravemente y en múltiples dimensiones a la población civil: destruye el tejido social, propicia la violencia, en especial contra grupos vulnerables. Genera desplazamientos y flujos irregulares de personas que desean escapar de contextos de inseguridad”, afirmó.
El diplomático mexicano reconoció que, aunque se han realizado esfuerzos por parte de la ONU y las naciones involucradas para frenar el tráfico ilegal, han sido insuficientes.
“Muchos son los esfuerzos que desde las Naciones Unidas se han emprendido para fortalecer la cooperación y acción conjunta, que permitan prevenir y contrarrestar las prácticas ilegales en el mercado de armas pequeñas y ligeras, así como sus terribles consecuencias. Sin embargo, nuestros esfuerzos han sido, debemos reconocerlo, insuficientes”, afirmó.
Marceloo Ebrad refirió que el gobierno de México considera que los gobiernos y el sector privado deben de trabajar en conjunto para frenar el tráfico de armas y sus efectos nocivos en las poblaciones.
“Los actores privados deben contribuir con acciones decisivas de autorregulación y de monitoreo de sus cadenas de distribución a fin de evitar el desvío y tráfico ilícito de las armas que producen y comercializan, así como asegurarse que las que fabrican bajo la ley, no lleguen a manos criminales”, apuntó.
Ebrard Casaubon afirmó que el hilo conductor durante la presidencia mexicana del Consejo de Seguridad ha sido la prevención, especialmente sobre la necesidad de atender los diversos catalizadores de la violencia.
“Si no hubiera una disponibilidad casi ilimitada de armas, la mayoría de los conflictos armados bajo la agenda del Consejo tendrían más oportunidades de soluciones pacíficas.
“Mientras los actores en conflicto, especialmente aquellos grupos no estatales, mercenarios y criminales, mantengan su poderío militar y material, optarán por la vía de la fuerza por encima del diálogo, la política y la diplomacia”, dijo.