El jefe de los mercenarios del grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, admitió la enorme cantidad de bajas. Se trata de la batalla más prolongada desde el inicio de la invasión

La ofensiva invernal del ejército ruso había sido anunciada con pompa y causaba temor en Ucrania, pero las tropas de Moscú solo consiguieron avanzar unas decenas de kilómetros y siguen confrontadas a una guerra de desgaste.

El ejército ruso y el ucraniano combaten a lo largo de un extenso frente desde el mar Negro (sur) hasta el noreste de Ucrania, lo que dificulta los grandes avances.

Bajmut, en la cuenca del Donbás (este), donde vivían unas 70.000 personas antes de la guerra, es escenario de la batalla más prolongada desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022.

“Bakjmut se convirtió en una zona de fuerte desgaste con numerosas bajas para ambos bandos”, destacó el miércoles el instituto estadounidense Hudson.

El grupo paramilitar ruso Wagner reivindicó a principios de abril la conquista de la alcaldía de esta ciudad devastada por los bombardeos y los combates.

El jefe de esa milicia de mercenarios, Evgueni Prigozhin, reconoció el jueves que el cementerio se poblaba sin cesar con los cuerpos de sus hombres. “Los miembros de Wagner siguen siendo enterrados aquí (…) Convertiremos este cementerio en un monumento para las generaciones futuras”, afirmó.

El instituto Hudson sostiene que “incluso si Bakhmut cae”, el ejército ruso no logrará “hacerse con el control de la región de Donetsk, uno de sus principales objetivos territoriales”.

Escasos avances

Según Léo Péria-Peigné, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), los rusos apenas lograron conquistar unos 70 kilómetros cuadrados en marzo.

“Al ejército ruso le faltan hombres formados” y enfrenta “problemas de suministro en munición de artillería”, explica a la AFP este experto. “Nos dirigimos a un equilibrio entre los dos bandos”, considera.

El jefe de Estado Mayor del ejército ruso, Valeri Guerasimov, “está desgastando a sus fuerzas con ofensivas inoportunas e ineficaces” que podrían hacerlos “vulnerables”, apuntó el analista estadounidense Michael Kofman en Twitter.